Me levanté muy temprano y tomé un
taxi desde Pachuca al pueblo mágico de Real del Monte, después de llegar y
subir hasta la cima del cerro por tres ocasiones, pude al fin localizar a la
señora que cuida este cementerio (muy amable por cierto) y después de darme una
larga lista de recomendaciones para entrar al cementerio por fin quito el
grueso candado y la pesada puerta de hierro con la fecha inscrita de 1862 se
abrió. Aunque no tuve todo el tiempo que me hubiera gustado, pude recorrer este
pequeño cementerio y tomar fotos a diestra y siniestra. Esperaba encontrar más
esculturas funerarias pero solo existen unas 4 a 6 esculturas pequeñas, gran
parte de ellas son de angelitos, que se encuentran en su mayor parte cubiertos
por musgo, esto es producto de la humedad que existe en el ambiente. El
ambiente del panteón inglés es increíblemente misterioso, especialmente cuando
la neblina cubre el bosque del cementerio, las tumbas se encuentran totalmente
cubiertas por musgo, lo que les da esa apariencia verde. Sobre las
tumbas no hay mucha variedad y en cuanto a la simbología que presentan es
interesante en algunas de ellas.
En el
2013 la UNESCO reconoció al panteón ingles de Real del Monte como Patrimonio
Cultural de la Humanidad. Este peculiar camposanto fue construido en 1851 en un terreno donado por el
inglés Estafford, quien durante esa época se desempeñaba como funcionario
de las compañías mineras dedicadas a la explotación en la entidad. Cuenta con
755 tumbas, la más antigua la del doctor Roberto Tindall
(1834). Todas las sepulturas están alineadas y orientadas hacia Inglaterra, y
existe una tumba que no tiene esa orientación.
Entre las tumbas del panteón
sobresale la del payaso inglés de fama mundial Richard Bell,
quien arribó al país junto con el Circo Orrín, y quien posteriormente se dedicó
a fundar su propio circo. De acuerdo a la historia, el
comediante tras conocer el cementerio ordenó que le compraran una tumba, y
pidió que ésta no fuera alineada en dirección hacia Inglaterra como el resto de
las lápidas, pues aseguraba que en su patria no había sido reconocido su
talento para la comedia. Bell falleció en Nueva York, y sus restos fueron
trasladados a México para ser enterrado en el panteón, como había sido
expresado su deseo. Aquí también
yace una mujer que murió por amor a los 21 años. Helen May Jory se enamoró de
un mexicano, pero su padre se opuso rotundamente a ese romance. Así, al más
puro estilo de Romeo y Julieta, la inglesa mata al joven de un balazo para
luego colocar la pistola en su sien completando la tragedia.
El Panteón Inglés ha sido visitado por el príncipe Carlos y
su esposa Camila en el 2014. A pesar de lo que se dice, no
todas las tumbas pertenecen a ciudadanos o descendientes británicos, pues se
sabe que también están los restos de algunos escoceses, irlandeses, chinos,
algunos alemanes y una enfermera holandesa.
Es un bonito cementerio, un poco
aburrido para mi gusto (como buen mexicano me gustan con más colores), frio y
bastante húmedo, creo que el ambiente de este cementerio si puede trasladarte
momentáneamente a Inglaterra. El INAH ya ha tomado parte en el asunto de
conservación de este cementerio, eso es muy bueno, solo espero que haga lo
mismo en los otros cementerios de la región y no solamente porque se trate de
un panteón inglés.
Fuentes Bibliográficas:
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