La historia del Panteón de Oriente en Durango se remonta desde
hace más de 150 años. El lugar alberga en sus terrenos los restos de hombres
ilustres de la entidad por lo que en sus paredes se encierra un sin número de
leyendas. Iniciando el presente siglo se transforma a Museo Funerario
recibiendo el nombre de Benigno Montoya, quien fué una gran escultor, el cual dejó impresionantes esculturas
labradas en cantera rosa de la región. Sus obras pueden contabilizarse por
decenas, entre las que destacan principalmente los ángeles.
Con las exigencia de las leyes de
reforma, Durango fue una de las primeras ciudades que encontró el lugar
adecuado para su cementerio y esta área de aproximadamente 28 hectáreas fue donada
por Don Juan Flores, un señor muy rico que tenía algunos bienes.
El panteón mensualmente realiza 120
inhumaciones, pero en 1918 con epidemia de la influenza española se llegaron a
sepultar hasta 800 personas en un mes, en esos años la gente moría en la calle,
de ahí era llevada a una fosa común por lo cual no se cuenta con la información
de nombres o fechas de nacimiento.
El panteón cuenta con 62 mil lotes donde descansan 280 mil personas, para los infantes están reservados tres cuadros, lo que representa cada uno mil fosas, siendo seis mil pequeños los que se encuentran bajo tierra.
El panteón cuenta con 62 mil lotes donde descansan 280 mil personas, para los infantes están reservados tres cuadros, lo que representa cada uno mil fosas, siendo seis mil pequeños los que se encuentran bajo tierra.
Una de las leyendas más famosas es
la de Cuca Mía, cuya tumba está dedicada a Refugio Sáenz de Gavira
la esposa del general Gabriel Gavira. Ella había pactado con su marido que
antes de morir se darían un último beso. Sin embargo, el general estaba de
batalla por la Revolución cuando le anunciaron la muerte de su esposa, por lo
que corriendo llegó a Durango en donde después de días de haber fallecido. Él
solicitó la exhumación del cuerpo, pero lo que descubrió fue terrorífico: el cuerpo de la esposa
estaba boca abajo y tenía rasguños en la cara, por lo que se piensa que fue
enterrada viva.
El Panteón de Oriente es un extenso
cementerio, ahí se encuentra localizado el museo de arte funerario Benigno
Montoya, la verdad que es un precioso cementerio en donde puedes encontrar
abundantes esculturas de cantera rosa destacando aquellas elaboradas por el
escultor Benigno Montoya, las cuales sobresalen por ser esculturas de una
sola pieza, los ojos de sus esculturas son muy destacables, aunque sus
esculturas no son precisamente perfectas, tienen un estilo muy propio (muy
mexicano), que las hace muy particulares y muy bellas, entre sus esculturas
destaca muchísimo un angelito muy bello. Aunque el panteón dista mucho de
manejarse como un museo, ya que encuentras que muchas esculturas han sufrido y
siguen sufriendo daños por parte de personas, muchas tumbas necesitan
urgentemente de rehabilitación ya que están a punto de colapsarse, no existe
ninguna persona que resguarde las esculturas y tumbas, la verdad es una lástima,
creo que necesitan hacer o contemplar el panteón con nuevas reglas o resguardar
de alguna manera tantas joyas que tiene, cualquier persona puede caminar por
entre las tumbas, subirse a ellas o bien destruirlas sin que nadie se dé cuenta
de ello, confío en que mis amigos duranguenses sepan apreciar los tesoros que
tienen en este bonito panteón y puedan tomar las medidas necesarias para su conservación.
Las esculturas de mármol que posee son una belleza, en verdad bien vale la pena
visitarlo.
Fuentes Bibliográficas:
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